Paulo Freire, sus aportaciones a la educación
pedagógica
Paulo Freire es un importante y
gran referente dentro de la educación, llegando a ser catalogado como uno de
últimos pedagogos que han analizado la problemática educativa desde un punto de
vista integral. En el presente texto, nos adentraremos a su pensamiento y
aporte a la educación pedagógica, donde la educación es un factor esencial para
la liberación. Para comprender su trabajo, es importante conocer la realidad
donde él vivió (noroeste de Brasil), un lugar donde la marginación y el
analfabetismo se hacían presentes en cada rincón. Un importante concepto y
aporte para que no perdamos de vista.
Paulo Freire es un importante y gran referente dentro de la educación,
llegando a ser catalogado como uno de últimos pedagogos que han analizado la
problemática educativa desde un punto de vista integral.
Y es
que Paulo Freire, oriundo de Brasil, ha desarrollado un
pensamiento bien definido que descansa en el ámbito de la pedagogía, el cual lo
manifestó por intermedio de la teología de la liberación. En simples palabras,
si deseamos definir el trabajo y aporte de Freire en la educación
pedagógica, debemos mencionar que para él la pedagogía es la base
indispensable y necesaria para concienciar a las personas y conducirlas a un
mejor futuro, a un progreso y a su liberación. En este pensamiento, mucho tiene
que ver la situación de su país de nacimiento.
Paulo Freire nació en el noroeste de Brasil donde
la marginación, el desempleo, el hambre y el analfabetismo inundaban las
calles. Muchas personas, cerca de
la mitad de los habitantes de toda la región, vivían en situaciones
deplorables. Frente a esta visión,
Freire rompe con ciertos modelos y centra su estudio y trabajo en este grupo de
personas, a los cuales quería educar para que logren liberarse de la situación
en la que estaban sumergidos.
Dentro de estos objetivos, el empleo de los medios toma protagonismo. Se
trata de llevar la palabra y lo que acontece a esta gran mayoría que vive ajena
a muchos derechos, como, por ejemplo, llevar la radio a zonas de difícil
escolarización. Para él “Los medios son un instrumento cultural de primera
magnitud para romper el retardo de amplias capas sociales, para devolver la
palabra al ignorante, que es la negación del derecho de expresión y el origen de
la cultura del silencio”
Sus principales obras y aportes han sido tres:
ü La educación como práctica de la libertad. En esta obra, como nos deja
ver su nombre, resume lo que veníamos exponiendo; el empleo de la educación
para desarrollar la libertad de las personas.
ü Pedagogía
del oprimido. Aquí realiza un estudio y
análisis de las causas que oprimen a un hombre y cómo hacer para dar vuelta
dicha situación.
ü Extensión o comunicación. Profunda crítica
a las tradicionales formas y campañas de alfabetización, las cuales Freire
considera que adolecen de graves y grandes faltas.
Retomando la primera obra, cuyo texto define el
trabajo de Paulo Freire, es preciso mencionar cómo planea llevar adelante la
educación liberadora. En este sentido, tres ideas centrales aparecen: la
relación educador educando, los niveles de conciencia y el rechazo de la
educación bancaria, una educación donde el educando
es sólo un objeto en el proceso de educación que no le permite ejercer la
liberación y se mantiene en la ignorancia.
Para englobar y entender su pensamiento, hay que comprender la situación
que se vivía a su alrededor (y que aun se sigue viviendo). Una situación humana
a la que él, con estas obras y aportes, quiere modificar a través de un proceso
educativo dialéctico, donde el hombre sea un agente de su propia liberación. La educación siempre debe partir de la
realidad que rodea a cada hombre.
La escuela democrática según Paulo Freire
Freire (1993) al igual que otros autores (Apple y
Bane, 1997; San Fabián 1996) aboga por una escuela que defiende la elección
democrática de los contenidos del currículo como parte de la democratización de
la enseñanza. Apuesta por un modelo de escuela cuyo modelo curricular no sea
propuesto por una ideología dominante y donde la diversidad cultural se
constituye como un factor enriquecedor de la cultura. Desde este enfoque toda
la comunidad educativa tiene un papel fundamental en la organización programática
de los contenidos. Así, se rechaza la idea de que la programación de los
contenidos corresponda solo a expertos y desde su punto de vista apuesta por un
modelo de escuela abierta y participativa. Defender la presencia participativa
de alumnado, familias, profesorado es fundamental. Este modelo de escuela no
significa, por otra parte, negar la actuación indispensable de especialistas.
Solo podremos alcanzar una
escuela democrática si abogamos por un modelo en el que no se imponga una única
lectura del mundo: “Lo que no es posible en la práctica democrática es que el
profesor o profesora, subrepticiamente o no, imponga a sus alumnos su propia
“lectura del mundo”, en cuyo marco se sitúa la enseñanza del contenido” (Freire
1993, p. 107). En este sentido propone una escuela en la que tengan cabida
diferentes lecturas del mundo y señala claramente que el papel del educador y
educadora progresistas es precisamente ese: “El papel del educar o de la
educadora progresista que no puede ni debe omitirse, al proponer su “lectura
del mundo”, es señalar que existen otras “lecturas del mundo” diferentes a la
suya y hasta antagónicas en ciertas ocasiones” (Freire 1993, p. 107).
Percibimos por tanto que
existe una gran sensibilidad intercultural en Paulo Friere. Entendemos que los
saberes del pedagogo, hoy en día, están en plena actualidad y nos hacen
reflexionar en torno a las principales aportaciones de su pedagogía a la
educación intercultural, que podemos resumir en los siguientes apartados:
a) Escuela permanentemente
abierta al cambio. Para Freire enseñar exige el reconocimiento y la asunción de
la identidad cultural del educando. Si hablar de educación intercultural es
hablar de la identidad cultural del alumnado podemos decir que Freire fue
pionero en defender la multiculturalidad como forma de inclusión. La escuela
intercultural debe estar permanentemente abierta al cambio, y como él mismo
señala, estar dispuesta a aprender de quien ni siquiera ha sido escolarizado.
Entiende que el modelo de escuela debe ser flexible, democrática, inclusiva y
que reconoce la diferencia como un valor. Es una escuela que aprende y que
tiene en cuenta la identidad cultural de sus educandos: con sus educandos
aprende formas de enseñar y éstos le enseñan a la escuela formas de aprender.
b) Reflexión sobre la
práctica. Desde una reflexión sobre su propia práctica y a través de un
lenguaje accesible y didáctico, Freire reflexiona sobre los saberes necesarios
para la práctica educativo-crítica con base en una ética-pedagógica y en una
visión del mundo cimentadas en el rigor, la investigación, la actitud crítica,
el riesgo, la humildad, el buen juicio, la tolerancia, la alegría, la
curiosidad, la competencia… entre otras virtudes, todas ellas, bañadas por la
esperanza. Es necesario, por tanto, replantear un modelo de formación inicial
del profesorado alternativo y plantear un modelo que permita a los docentes
desarrollar tales virtudes así como un modelo de formación que permita a los
futuros docentes conocer y utilizar las herramientas necesarias para el
abordaje de sus funciones docentes poniendo el acento no solo en las
competencias profesionales, sino también en las interculturales. Esto,
necesariamente supone replantear la figura del profesional docente y debatir
acerca de su papel en la enseñanza y en la sociedad.
c) Justicia social. Hablar
de educación intercultural es hablar de riqueza cultural pero, también implica
hablar de justicia social. Ambas temáticas han sido una constante
reivindicación en la obra de Paulo Freire. Nuestro autor fue una persona que
tuvo una especial preocupación por el otro, por denunciar las injusticias y por
mostrarnos que los seres humanos tenemos en nuestras manos las posibilidades
del cambio y de la transformación. Para Freire la práctica político pedagógica
de los educadores tiene lugar en una sociedad desafiada por la globalización de
la economía, el hambre, la pobreza, la tradición, la modernidad, y hasta la
posmodernidad, el autoritarismo, la democracia, la violencia, la impunidad, el
cinismo, la apatía, la desesperanza, pero también la esperanza. La pedagogía de
Paulo Freire es una pedagogía de la tierra contemplando así a la tierra como
una gran oprimida por este tipo de injusticias que denunciamos. Teniendo en
cuenta lo mencionado anteriormente un modelo de educación intercultural
conlleva, necesariamente, reflexionar acerca de las injusticias y de las causas
que generan, tales injusticias así como otras problemáticas como la
inmigración, visualizar la pobreza, analizar las causas de diferencias entre
los países ricos y pobres, identificar los problemas medioambientales y
analizar sus causas, visualizar la violencia que se ejerce hacia las mujeres y
denunciar los abusos a los que son sometidas miles de mujeres en todo el mundo,
problematizar acerca de situaciones de desigualdad e injusticias que atentan
contra los derechos humanos de las personas.
d) Voluntad política de
cambio. Dado que la educación tiene fuertes componentes socio-políticos, Freire
en numerosas ocasiones alude a la imposibilidad de considerar la práctica
educativa como una actividad neutra. No es posible, por tanto, asumir la
educación como una actividad que pueda ser abordada exclusivamente desde una
dimensión meramente técnica y metodológica –y por tanto neutra– puesto que
tiene componentes sociales, económicos, políticos y culturales, etc. Teniendo
en cuenta esto, la educación intercultural sería un proyecto pedagógico, con un
marcado carácter sociopolítico. Dicho proyecto, que debe partir del respeto y
valoración de la diversidad cultural, teniendo en cuenta los planteamientos de
Freire busca la reforma de la escuela y también de la sociedad a través de una
práctica educativa coherente y basada en el diálogo y la comunicación
intercultural. Se trata de un proyecto claramente orientado a favorecer el
cambio social según principios de justicia social y de una ética fundada en el
derecho a las diferencias.
e) Diversidad lingüística.
Según Paulo Freire no existe el verdadero bilingüismo, mucho menos el
multilingüismo fuera de la multiculturalidad. Los políticos tienen que ser muy
claros en la cuestión del lenguaje. Deben darse cuenta de que el lenguaje no es
solo un instrumento de comunicación sino, además, una estructura de pensamiento
del ser nacional. Es una cultura. La educación intercultural debe estar abierta
a reconocer la diversidad cultural en la escuela y eso incluye la diversidad
lingüística. Ello conlleva una actitud de respeto ante las convenciones
culturales presentes en otras lenguas y variedades lingüísticas del contexto
español e internacional. También conlleva el mantenimiento y aprendizaje en la
lengua materna así como contar con docentes de otras culturas en las escuelas y
en las aulas.
f) Evaluación como mejora de
la práctica docente. Freire hace referencia a la evaluación crítica de la
práctica docente. Dicho ejercicio de evaluación critica, va revelando la
necesidad de una serie de virtudes. Desde la perspectiva de Freire, tales
cualidades –de los docentes– son construidas por cada uno de nosotros al
imponernos el esfuerzo de disminuir la distancia entre lo que decimos y lo que
hacemos. Asimismo plantea la importancia de la coherencia entre los
planteamientos teóricos y la práctica docente. Un modelo de educación
intercultural ha de contemplar un sistema de evaluación orientado a la mejora
de la propia práctica docente. Para ello es necesario utilizar diversidad de
instrumentos y procedimientos de evaluación que permitan a los docentes hacer
un seguimiento de su propia práctica así como revisar la misma. Tales
instrumentos, además, deben estar orientados a reducir la distancia entre los
que decimos y lo que hacemos.
g) Educación
problematizadora frente a educación bancaria. Pensamos que una de las
principales aportaciones de la pedagogía de Paulo Freire a la educación
intercultural implica que, frente a la educación bancaria –centrada en la
transmisión de contenidos– se apueste por la educación que problematiza–
centrada en el análisis de temáticas sociales–. Desde esta concepción de la
educación se entiende que los educandos son sujetos activos y se encuentran en
proceso de construcción de la historia. Como sujetos activos que son, pueden
ser capaces de problematizar la realidad y mirar críticamente un mundo en el
que urgente y necesario hacerse preguntas y formular propuestas de mejora. La
educación intercultural representa un modelo de educación problematizadora.
Dicho modelo educativo entiende el diálogo como método en la construcción de
conocimiento. Asume la comprensión de la educación como un acto de conocimiento
en el marco de objetivos pedagógicos dirigidos por el ideario de la formación
de sujetos críticos y realmente autónomos. Significa, además, una educación
centrada en las necesidades de los seres humanos para buscar soluciones y
mejoras.
h) Escuela democrática y
participación de la comunidad educativa. Para Freire defender la presencia y
participación de alumnado, familias y profesorado en las escuelas, así como en
la elección de los contenidos es fundamental. Este modelo de escuela no
significa negar la actuación indispensable de especialistas sino que significa
democratizar el poder de elección de los contenidos que se extiende, al mismo
tiempo, al debate sobre el modo de tratarlos. Un modelo de escuela
multicultural ha de estar abierta a la comunidad educativa y debe favorecer
mecanismos de participación del profesorado, alumnado y familias. Es un modelo
de escuela democrática que además de estar abierta permanentemente a la
realidad contextual de los educandos, también debe estar dispuesta a aprender
de sus relaciones con el contexto.
i) Posibilidades de cambio y
de transformación. Freire nos recuerda que la lectura del mundo, ha de ser
desempeñada por docentes críticos y, necesariamente, ha de ir acompañada de
esperanza, sueños y utopía sin olvidar nunca que, tal transformación, aunque es
difícil, es posible. Freire nos decía que la educación necesita tanto de
formación técnica, científica y profesional, como de sueños y utopía. Sin el
sueño de una mejora colectiva no es posible la actividad transformadora. La
educación intercultural, teniendo en cuenta tales principios, supone realizar
una lectura crítica del mundo pero que no genere desesperanza sino que permita
ver las resistencias, las formas de salir adelante, de construcción de lo
nuevo, las posibilidades permanentes que tenemos los seres humanos de
reconstruir nuestra vida.
j) Libros de texto y
materiales curriculares. Freire se sorprende de la preocupación por la
memorización mecánica de los contenidos, el uso de ejercicios repetidos que
sobrepasan el límite razonable en cuanto dejan de lado una educación crítica de
la curiosidad. Freire apuesta por un modelo educativo centrado en la
comunicación dialógica donde, la curiosidad profunda y reflexión crítica se
constituyen como principales métodos de conocimiento. Un modelo de educación
que, más allá de abordar unos determinados contenidos, reflexione acerca de las
posibilidades que tenemos los seres humanos, de cambiar el mundo. La educación
intercultural conlleva necesariamente trabajar con diversidad de fuentes y materiales.
Conlleva que el alumnado sea protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje
y que se convierta en el sujeto activo del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Implica, necesariamente, utilizar materiales que despierten la motivación así
como la curiosidad del alumnado para que investigue y se haga preguntas con el
fin de profundizar en el conocimiento de diversidad de temáticas. Este material
curricular, al mismo tiempo ha de ser actualizado y debe poder ser manipulado
por el propio alumno/a.
k) Revisión de contenidos
curriculares. Como así señala Freire es fundamental el cuestionamiento de las
formas de conocimiento para responder a cuestiones como: ¿de quién es esta
cultura?, ¿a qué grupo social pertenece este conocimiento? ¿De acuerdo a qué
intereses se transmite determinado conocimiento en instituciones culturales
como las escuelas? La educación multicultural conlleva, necesariamente, revisar
la selección cultural que conforma el currículo común para hacerlo un currículo
más universal y representativo de las culturas y de la realidad social. La
educación intercultural debe visibilizar las culturas que actualmente están
ausentes en los currículos escolares.
l) Coherencia entre la
teoría y la práctica. Sin lugar a dudas, una de las virtudes más difíciles en
el desempeño de la tarea docente es la coherencia entre lo que decimos y lo que
hacemos. Para Freire el momento fundamental en la formación de los profesores
es el de la reflexión crítica sobre la práctica. Dicha reflexión se realiza
pensando críticamente sobre la práctica de hoy o la de ayer; y cómo se puede
mejorar la próxima. La educación intercultural implica revisar la propia
práctica docente, modos de actuar y de trabajar, formas de adaptarse a los
contextos sociales y educativos cambiantes. Implica estar dispuestos a aprender
de los educandos ya que ellos también nos muestran formas de enseñar y formas
de mejorar nuestra práctica docente.
Asimismo y desde los
planteamientos formulados por Verdeja (2015) el modelo de educación
intercultural que defendemos debe contribuir a conseguir un mundo más justo y
más amable para todos los seres humanos y en el que no exista desigualdad entre
los seres humanos, donde no existan formas de violencia hacia las mujeres,
donde hagamos un uso y consumo responsable de los recursos naturales de nuestro
planeta, donde exista comprensión y diálogo entre las culturas, donde el
sufrimiento “del otro” no nos deje indiferentes. Conseguir esto es el gran reto
de la Educación Intercultural.
“Alfabetizarse
no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra.” Paulo Freire
Referencias
Paulo Freire sus
aportaciones a la educación pedagógica. Disponible en: http://buscarempleo.republica.com/formacion/paulo-freire-sus-aportaciones-a-la-educacion-pedagogica.html [Consulta
15 de Febrero 2017]
Verdeja M, y Antón X (2016).
Aportaciones de la pedagogía de Paulo Freire a la educación intercultural. Disponible en: http://www.rizoma-freireano.org/index.php/aportaciones-de-la-pedagogia-21
[Consulta 15 de
Febrero 2017]
LAURA MUSSETT
La educación definitivamente es la base para la libertad. Cuando tienes el conocimiento tiene poder y si lo sabes administrar con humildad tendrás mucho exito
ResponderEliminarAl parecer este es uno de los blogs con el contenido más completo que he visto. Tienen toda la información necesaria y posible. Dejan muy en claro los objetivos de la investigación y se evidencia que se tomaron la tarea en serio con querer nutrir la lectura del material cargado en Moodle.
ResponderEliminarFelicidades Editores
ResponderEliminarMuy completa y extensa su información sobre el tema, quedan claros los conceptos a través de recuentos e imágenes.
esta muy bueno, pero no lo pude relacionar con mi investigación en relación al desarrollo emocional y social del infante
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